Lapsus interruptus por revuelta universitaria

El jueves por fin conseguí llegar al apartamento antes del atardecer, así que coloqué todos los cachivaches para hacer el Time Lapse completo del atardecer:

Coloco la cámara sobre el trípode, la conecto vía USB al ordenador, hago varias pruebas con los valores de exposición y la pongo a trabajar.

Todo va bien hasta que me llama Félix y me dice que en la universidad se ha liado.
Para ese día se habían convocado movilizaciones por parte de los estudiantes, dentro de las revueltas que duran ya meses, pidiendo una educación gratuita y de calidad.
Como vivo a una manzana de la universidad, paro la cámara y me la llevo lista para la acción.
A un lado de la plaza, los curiosos, a otro, los universitarios montando el follón. Tiran piedras, hacen fogatas, insultos, gritos, en fin claramente provocando.
De por medio los carabineros, a pie, a caballo, motos, guanacos (los camiones que echan agua) grandes y otro más ligero y rápido, autobuses para los detenidos, y numerosos coches patrulla. Muy educados, realmente me sorprendió.

Parece que ambos lados se tantean durante un buen rato. Si los estudiantes avanzan mucho, entran los guanacos echando agua. En ese momento les tiran todo tipo de piedras, y bien grandes, pintura y cócteles molotov. La cosa está caliente.

Decido ir para el centro de la plaza para documentarlo mejor. Me dan el alto los carabineros y les explico que trabajo como fotógrafo freelance para el Diario de $#(/@*. Tras enseñar mi documentación española me dejan pasar "bajo mi responsabilidad".

La calle que forma la tierra de nadie está completamente sembrada de piedras y con muchos casquillos de los gases lacrimógenos. Los estudiantes son buenos lanzadores, casi llegan donde yo estoy. Unos metros por delante y por detrás de los carabineros, que me miran, pero no me dicen nada.

El juego del ratón y el gato continúa durante un tiempo, hasta que parece que los carabineros empiezan a formar y agruparse. Empieza la carga, con TODO. Contundente, los estudiantes huyen. Intento seguirles pero el efecto de los gases lacrimógenos hace que me dé la vuelta tosiendo, llorando y moqueando.

Espero un rato y vuelven los carabineros con los detenidos. Todos al autobús. Calculo una docena.

Me quedo un rato más y ceno en la misma plaza, por si acaso, pero la movida por hoy ha terminado.Sin entrar a tomar partido, y como simple observador, me alegro de haber podido vivir una pequeña porción de un momento histórico.

Otro día hablamos más de las revueltas de estudiantes.

Por cierto, mientras preparo esta entrada, miro de nuevo por la ventana y no me puedo reprimir en sacar otra foto de estos atardeceres sobre el Pacífico. El edificio que tenemos que demoler aparece en el mismo plano: